Pecadores de Carne.
Pecadores de Alma.
Pecadores de Alma.
Infiel cada noche; al cerrar mis ojos con su forma rondando en mi cabeza. En los sueños erráticos que atormentan mi duermevela. En los amaneceres plagados de besos y caricias.
Infiel en palabras; cuando pronuncio su nombre más veces que el tuyo. En pensamiento; si es que es su imagen la que ronda mi cabeza. En hechos; cada vez que te aparto de mi lado para volcarme en sus placeres.
Infiel a ti; cada momento que disfruto de su agridulce compañía. Infiel a mí; porque me obligo a contenerme en tu presencia.
Infieles los dos, aunque tú no lo admites y a mí la culpa me quema.
A ti. A mí.
A la Escritura. A tu Pasión.
4 comentarios:
Hermosa infidelidad, como debe de ser, pues de lo contrario, ¿para qué ser infiel?
Imposible escapar a esa infidelidad tan intensa!!
La adrenalina de lo prohibido exitando los sentidos!!
Aunque una infidelidad es una infidelidad, dentro de ella hay infidelidades que bien merece la pena ser perdonadas y hasta agradecidas, como esta, que se agradece poderla haber disfrutado leyéndola.
Un saludo.
Muchas gracias por vuestros comentarios.
Un besote
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