Regalo de Iris

No sé qué puedo decir sobre ella que no haya dicho ya. Fue una de mis primeras seguidoras (o la primera, si no recuerdo mal) y siempre se ha portado de maravilla conmigo. Así que, gracias, gracias y mil gracias. Por todo. Pero sobre todo por ser siempre tu.
Un beso enorme


Pasaos por su blog: Alas para volar

Pa matarme

Y no es para menos, la verdad. No sé donde tengo la cabeza este mesecito. Espero que después de esta entrada, mi cuñada y un par de amigos me perdonen por tardar en felicitarles por sus cumples un día o dos. Octubre es mi mes maldito, supongo que todos tenemos uno.

Y es que se me olvidó completamente celebrar el cumpleaños de este blog. El 5 de Septiembre fue el día, sí. Un añito. Bueno, realmente tendría dos y medio porque antes de este hubo otro con el mismo contenido que tuve que borrar por cuestiones que ya no vienen al caso. Así que:

AUTOFELICITACIONES TARDÍAS POR MI CUMPLE-BLOG

Tengo que decir que le tengo mucho cariño a mi blog. Porque es, ni más ni menos, como yo: un jodío desastre. Hay entradas de todo tipo. Desordenadas, sin sentido, algunas tiernas, otras crudas, explosivas o totalmente absurdas. Lo único que no cuadra demasiado conmigo es el estilo. Mucha margarita, muchos tonos claros. Es bonito, tengo que reconocerlo y está mal que yo lo diga. Pero es demasiado alegre para lo que soy yo.

Esto no significa que vaya a cambiarlo, ni a cerrarlo. ¡Para nada! De hecho, este seguirá siendo mi blog principal. Es que las incongruencias también son muy típicas en mí.

Pero sí me he decidido a crear otro blog. Totalmente distinto, opuesto. Mucho más oscuro. Mucho más serio. Y dedicado a una sola historia. No sé cómo saldrá, sobre todo teniendo en cuenta el fiasco de «Dime quién eres» que ha pasado de «Blognovela en fase de creación» a «Blognovela en total estado de estancamiento». Lo que yo decía, un desastre.

El caso es, que es una idea que me lleva rondando desde que leí la serie Fever de Karen Marie Moning (pasaos por la web, que es muy salá: Sidhe-Seers Inc.). A los que hayáis leído esta serie, probablemente encontraréis que el estilo puede ser parecido, o quizá algunos detalles de la trama. No es un fanfic, y tampoco tratan el mismo tema, pero si no dijera que Fever me dio la idea y que me inspiraré un poco en mi odiada MacKayla Lane, estaría mintiendo. De hecho, tanto el blog como la protagonista se llaman Jenna Vlane (y juro que acabo de darme cuenta de la similitud de los apellidos)

Jenna Vlane trata de una mujer que es secuestrada por un «monstruo».Apenas tiene esperanzas de ser salvada, cuando el milagro ocurre. Un grupo de lo más raro abre la trampilla del sótano y la devuelve a la luz. Entonces descubre el secreto mejor guardado de las últimas décadas y se implicará de lleno en una lucha suicida. Aquí tenéis el banner.


Perdonadme por ser tan sumamente crípitica, pero es que ni yo misma sé qué voy a escribir. Sencillamente es una historia que quiere ser contada. ¿Y quién soy yo para negar semejante deseo? Por ahora estoy con el prólogo, una serie de entradas sacadas del diario que Jenna escribe mientras está cautiva.

Me gustaría que no esperaseis nada de Jenna Vlane. Ni siquiera yo lo hago. No habrá actualizaciones a diario (no sé cuándo habrá siquiera), ni grandes historias (quizá historias enormes), ni grandes pasiones (puede que solo una gran pasión). Estoy casi tan en blanco como vosotros.

Ahora mismo estoy en esa estúpida fase llena de proyectos. El blog, el grupo de adictos, mis novelas privadas, una nueva serie de relatos eróticos, encontrar trabajo (una gran prioridad) y una novela que escribo con una amiga (literariamente hablando, LA GRAN prioridad). Demasiados proyectos. A veces me mata lo optimista que puedo llegar a ser.

Por eso, es poco lo que puedo prometer. Quizá sólo una cosa: Que el año que viene celebraré el blog-cumpleaños a tiempo.

Saluditos a los que estáis aquí para celebrarlo conmigo!!!

Edito para poner la banda sonora, que se me había olvidado.

Reflexión de lo Espiritual

Esta no es una entrada literaria. Es, como su título indica, una reflexión personal en la que expongo un tema que quizá pueda resultar algo controvertido. En ningún caso está pensado para tirar por tierra opiniones de otras personas, sino que me limito a exponer la mía. Así que, a quien quiera leerlo, avisar que no es un relato, más bien una pirada de pinza.

REFLEXIÓN DE LO ESPIRITUAL

Espiritual: perteneciente o relativo al espíritu. (RAE)
Espíritu: (1) Ser inmaterial y dotado de razón. (2) Alma racional. (RAE)

A mi modo de ver, el espíritu es una de las partes que conforman a todo ser vivo, junto con la materia. Si todos nos esforzamos por cuidar la parte material, por protegerla, por mimarla… ¿por qué no hacemos lo mismo con la parte espiritual?

¡Cuántas respuestas a una pregunta tan sencilla!

Me limitaré a dar varias porque evidentemente no las conozco todas. Y, además, cuántas más encuentro, más me decepcionan.

La primera, por dar un ejemplo, la pereza. Todos la sufrimos, y yo la que más. Es mucho más sencillo poner la tele, la radio, incluso cogernos un libro (y parece mentira que yo diga esto) y dejar que nos llene la cabeza. Así nosotros no tenemos que molestarnos por decidir en qué pensar, ya nos lo dan hecho. Además, es una forma de llenar los espacios vacíos que tanto pueden llegar a incomodarnos.

A cuento de esto último, paso a una de mis razones favoritas: el miedo. Y es que, mirarse a uno mismo a la cara, da verdadero pavor. Darnos cuenta de lo vacíos que podemos llegar a estar, de lo insignificantes que somos, puede llegar a ser muy molesto. Porque la verdad no solo da miedo, sino que duele como una puñetera herida infectada. Y desgraciadamente, para poder desarrollar la espiritualidad, todos tenemos que pasar por esta fase.

Otro de los motivos más extendidos es la razón económica. Seamos sinceros, fomentar la espiritualidad en la sociedad no es nada rentable. Para el mundo caótico y consumista en el que vivimos, desarrollar lo más mínimo el espíritu te hace perder el tiempo… además de prestigio. ¿A quién se valora más hoy día? ¿A una persona intelectual, que lleva una vida apacible y pasa desapercibida? ¿O a aquellos ambiciosos que harán lo que sea por conseguir sus metas, aunque esto suponga pisotear a todo el que tiene a su alrededor? ¡Por favor, mira qué maravilla de persona, que ha logrado todas sus metas, que vive en un chalet en la Moraleja, que le sale el dinero por las orejas! Y ese pobre desgraciado que vive en un pisito de paredes de cartón, tiene un trabajo mediocre y un coche destartalado. Hay casos y casos, desde luego. Pero quizá el segundo tenga todo lo que ha deseado en la vida, y el primero todavía quiera mucho más. ¿Quién sería más feliz entonces?
Lo que más me fastidia de los que sufren este caso, es que no sólo no fomentan su propia espiritualidad, sino que además se mofan del que se molesta en cultivarla. Para ellos todo lo que no sea material, es una pérdida de tiempo y, por lo tanto, motivo de burla. Desde luego, siempre hay término medio y he conocido gente ambiciosa que equilibra las dos partes. Poca gente, también es verdad. Por lo general, es el primer caso. No sienten respeto hacia nadie que no sean ellos mismos, no aceptan razones que no sean las suyas propias…. En fin, demasiada importancia les he dado ya en mi reflexión, y este tema daría lugar a una reflexión en sí mismo.

Por último, llego a una de las razones que más daño hace: la vergüenza. Al fin y al cabo, las dos primeras no molestan a nadie, la anterior… bueno, al menos los anteriores suelen guiarse hacia un lugar en concreto y buscan hacer realidad sus ambiciones. Pero los que se rigen por la vergüenza y el qué dirán se limitan a seguir un patrón establecido y fácil en el que, si no se sienten satisfechos, siempre pueden echarle la culpa al dinero y a la sociedad. Porque, es curioso, ¿no os habéis dado cuenta que ante un problema, conflicto, accidente, etc., nunca pensamos en qué podríamos haber hecho para evitarlo, sino que rápido corremos a buscar culpables? Cuántas veces hemos querido hacer cosas que nos habrían producido un gran placer sin perjudicar a nadie. Y sin embargo nos quedamos con las ganas de hacerlo por no tener que hacer frente a la burla del que no lo entiende o comparte. Nos amargamos. Culpamos a la sociedad en lugar de a nuestra propia hipocresía, a nuestra propia vergüenza de nosotros mismos por desear hacer algo que no es lo normal en nuestro entorno.

Y es que, y aquí viene el punto al que más énfasis quiero hacer, ser diferente, mantener la propia individualidad dentro de una comunidad, es taaan difícil.

Globalización: Tendencia de los mercados y de las empresas a extenderse, alcanzando una dimensión mundial que sobrepasa las fronteras nacionales.(RAE)

Subrayo mercados y empresas porque me parece importante que tengamos esto claro. Una cosa es que los mercados se unifiquen y otra cosa es que las personas nos volvamos iguales. Partiendo de la base de que es imposible —a Dios gracias—, es incómodo y además un atraso. Pero mires donde mires, es la tendencia que impera.

Empezamos por la moda. Si se llevan los pantalones pitillo, tienes que llevarlos. No por nada, es que si quieres comprarte otra cosa lo llevas claro porque no lo encuentras. Seguimos con la cultura. Todos tenemos que tener los mismos gustos. En literatura, en cine, en arte… Porque como te alejes de lo que piensa la mayoría, ya tienes el conflicto. Y la mayor parte de las veces rechazamos opciones marginales sin conocerlas en absoluto. Y lo peor es que no es sólo un rechazo, sino que suele venir acompañado de una degradación.

Por poner un ejemplo, la novela romántica. No entro en el tema de si es buena o mala, para gustos los colores. Simplemente me limito a recrear una conversación que he repetido una y otra vez y otra vez y otra vez y que además habla por sí sola.
YO: A mí me gusta la literatura romántica
INTERLOCUTOR: (Con cara de estar oliendo a pedo) Tía, pero cómo puedes leer eso. Si es basura.
YO: ¿Has leído alguna novela romántica?
INTERLOCUTOR: No.

Creo que intentar explicar por qué me gusta la literatura romántica (que en ningún caso es lo único que me gusta) a un interlocutor como el del ejemplo (y que está basado en muchos casos reales), es absurdo y una pérdida de tiempo, porque ya ha rechazado de plano la opción, sin darle una oportunidad. Y el problema es que esa es la actitud que la mayor parte de la gente toma hacia lo que no hace o piensa la mayoría.

Es exactamente lo mismo con la espiritualidad.

Todos los meses nos juntamos un grupo de mujeres con la luna nueva. Es un hecho que los Círculos de Mujeres se están extendiendo por todo el mundo. Nos enteramos de estas reuniones por amigas, conocidas, por Internet… desde luego no por los medios de comunicación. Dedicamos unas horas a bailar, charlar, hacer manualidades espontáneas, comer, plantar semillas… simplemente “estar”. Estar allí, de corazón, rodeadas de mujeres que no conocemos de nada, pero que sienten la misma inquietud de espiritualidad perdida y, por ende, la necesidad de recuperarla. Nadie entiende qué hacemos allí. Lo consideran un absurdo. Y en muchos casos hasta una secta. Es lo que hay, si es un grupo es una Asociación y si encima es un grupo raro, es una Secta.

En mi Círculo, por llamarlo de algún modo, y en la mayoría de ellos, se trabaja la energía femenina. Uf, tema chungo, entonces ya es malo. Lo que nadie se para a pensar es que círculos de mujeres hay miles sin ser conscientes de ello. El único requisito imprescindible para que pueda considerarse “sagrado” (lo mismo, por llamarlo de algún modo), es que la comunicación —verbal o no verbal—, se realice en armonía. Desde el momento en que conformamos el círculo, se respeta la palabra —siempre—, no se habla mal de nadie —jamás—, no se juzga lo que se escucha —en absoluto—. ¿Sabéis a lo que da lugar? A que todas nos sintamos libres a expresar lo que llevamos dentro, sin temor a la burla, a la risa, al desprecio o a la lástima. Te sientes comprendida, porque al escuchar —y digo escuchar y no oír—, te das cuenta de que todas, en el fondo, sentimos las mismas inquietudes, los mismos miedos, las mismas alegrías. Y lo mejor de todo es que no hay una obligación hacia una organización conformada por otros y de la que tú solo eres un número; sino que sólo tienes responsabilidades hacia ti misma y hacia tu conciencia. Nadie te exige nada —ni siquiera asistencia—. Sólo que seas tú, desde lo más profundo del corazón.

No suena tan mal, ¿verdad? Pues no sabéis lo difícil que es hablar de ello. Así que voy a explayarme.

La idea de los Círculos de Mujeres, que ha sido un hecho tradicional en la mayor parte de las culturas —a veces de forma consciente, otras de forma inconsciente—, fue retomada en el 2004 gracias a las 13 Abuelas Indígenas con el fin de sanar la Tierra. Básicamente vienen a decir que en nuestros actos deberíamos pensar en las siete generaciones futuras, y si pueden repercutir en negativo de algún modo, deberíamos evitar llevarlos a cabo. Los Círculos como tal son un mecanismo de toma de conciencia, nada más y nada menos. Dejo dos enlaces que pueden resultar interesantes a quién quiera saber más:


Sinceramente, no me parece una teoría o una filosofía que pueda perjudicar a nadie. Utópica, quizá. Pero, ¿dañina? En absoluto. Y aún así genera rechazo porque no es lo habitual.

En fin, solo puedo decir gracias por la Declaración Universal de los Derechos Humanos, si no, todavía estaríamos quemando brujas.

El Juego del 4

Amaya F me ha pasado el testigo de este juego del 4, así que allá voy:

1)  Mención al blog: Amaya F: poesía, relatos y libros


2) Nominar a 4: Ya lo tenéis casi todos, así que va a ser chungo. Va para...
     Lhyn
     Nessie
     Isthar
     Andrea

3) Hacer saber que las has nominado y contestar:

    a) 4 cosas en bolso:
        - Libreta (no podía faltar)
        - Bolígrafos (además, muchos)
        - Vaselina para los labios (se me ponen malitos muy rápido)
        - Kleenex (entre las alergias y los constipados, son más que necesarios)

    b) 4 cosas favoritas de mi habitación:
        - Todos y cada uno de mis libros
        - El atrapa sueños que me regaló mi hermana
        - Las fotos de la gente que quiero
        - El mapa gigante de la Tierra Media

    c) 4 cosas que me gustan:
        - Comer (a veces pienso que me gusta demasiado)
        - Caminar por el parque del Retiro (y debería hacerlo más a menudo)
        - Abrazar a la gente que quiero (no me cuesta nada demostrar mi cariño. ¡Ojala todos lo hiciéramos!)
        - Leer y escribir (bueno, esto se sobreentendía, pero lo voy a poner de todas formas)

    d) 4 cosas que siempre he querido hacer: (me imagino que esto seguiría: y que aún no has hecho)
        - Publicar un libro, of course
        - Ir a la cuenca del Amazonas
        - Bailar debajo de una gran tormenta (me da miedo que me caiga un rayo)
        - Hornear mi propio pan (esto espero hacerlo pronto!!!)

    e) 4 cosas que no sabes de mí:
        - De pequeña me caí en un rosal. Se me quedaron unas pequeñas cicatrices en la cara que son mi marca personal. De hecho, no me recuerdo a mí misma sin ellas. Y las adoro.
        - Cuando estoy en casa, me encanta ir en pijama.
        - Colecciono marcapáginas.
        - Soy una bruja (según mi cuñado), pero una bruja buena (según yo)

    f) 4 canciones que no puedes sacarte de la cabeza:
        - Once, Blackmore's Night
        - Savin' me, Nickleback
        - Caribean blue, Enya
        - The song of the sun, Mike Oldfield

Y esto es todo!!! Espero que no os hayáis aburrido demasiado!!

Tarinis

Bueno, ahí va mi ejercicio del mes de Octubre de Escritura Automática para el grupo Adictos a la Escritura.


TARINIS

Deja que te cuente la historia de la hermosa ninfa Tarinis, hija del dios-río Carion y la diosa de la felicidad, Filantia. Gustaba de alejarse de las orillas de su padre y adentrarse en el Bosque de los Condenados. Allí reía de sus chiquilladas, sin pensar en el dolor que traía a sus habitantes. Bailaba frente al laurel de Dafne al son que ella misma creaba soplando en la flauta de Siringe. Enrollaba con un palito las telas que Aracne tan afanosamente tejía y se bañaba entre las lágrimas de la fuente de Níobe, la madre inconsolable.

Pero sus travesuras no tardarían en encontrar un castigo.

Los ultrajados condenados idearon un plan y al día siguiente, cuando la morena Tarinis cruzaba alegre los portales del bosque, oyó un gemido que la llamaba por su nombre. La curiosidad le hizo seguir la voz etérea y no escuchó a las alondras que la advertían. Llegó veloz al río de los Lamentos, donde todas las almas entristecidas vomitaban sus penas. El agua empezó a contarle sus desdichas y la ninfa, que a pesar de sus burlas tenía buen corazón, lloró durante horas con sus injustas historias. Tan profunda era su empatía que lloró y lloró y no se dio cuenta de que el río crecía con sus lágrimas.

El río envolvió sus muslos con brazos transparentes y la arrastró hasta el centro del cauce donde la joven no llegaba al lecho con las puntas de sus dedos. Se subió a una piedra plana y allí se envolvió las rodillas, temblando de miedo y frío, mientras los árboles se sacudían con la risa, las flautas soplaban su venganza y las salpicaduras de las fuentes por una vez parecían alegres. Lloró hasta que sus lágrimas se agotaron y el río de los Lamentos dejó de crecer al fin.

Los días pasaban y ella no podía salir del arroyo. Cada vez que lo intentaba, las obedientes algas asían sus tobillos y amenazaban con hundirla en las profundidades. Multitud de seres tristes llegaban a sus orillas y dejaban libre su pena en el fondo de las aguas. Tarinis gritaba entonces pidiendo ayuda y se lanzaba en dirección a la orilla, tendiendo la mano para que la ayudaran a escapar. Las almas libres de dolor le daban la espalda y se alejaban de los lamentos ajenos por miedo a contagiarse. Volvía de nuevo a la fría piedra y allí se abrazaba conteniendo las lágrimas que la hundirían por completo.

Hasta que se rindió a su suerte y no trató de salir más del río.

Poco a poco las algas crecieron en sus cabellos y lo que un día fue negro se volvió verdoso. Ella suplicó el perdón del Laurel de Dafne y prometió llevarle cintas para colgar entre sus ramas si algún día alguien la liberaba. Su piel comenzó a volverse resbaladiza y fría en contacto con el agua y juró engrasar la madera de Siringe para que siempre se mantuviera fresca y su sonido fuera claro. Los dedos de sus pies se alargaban, amenazando con volverse aletas como las de las truchas. Entonces le pidió a Aracne que le enseñara el arte del telar y aseguró colmarla de tapices cuando por fin fuera libre. Las lágrimas se secaron en sus mejillas y se agrietaron asemejando escamas. Entonces pidió permiso a Níobe para llevar a todos los niños a bañarse en sus cristalinas aguas.

Los dolientes se apiadaron de ella y el río de los Lamentos provocó una ola que la arrastró hasta la orilla. A Tarinis le costó levantarse, ya que sus piernas habían perdido fuerza, pero no tardó en acostumbrarse a su peso y abrazó a sus nuevos amigos, reafirmándose en sus juramentos.

Volvió con sus padres y les contó su historia. Filantia y Carion la abrazaron y la instaron a cumplir sus promesas. Tarinis, que se había convertido en una mujer después de sus experiencias, dedicó su vida a llenar de risas el Bosque de los Condenados.